Cada vez con más frecuencia somos testigos de innumerables tragedias ocasionadas por el cambio climático, mismas que derivaron en catástrofes naturales que causaron la muerte y el desplazamiento de millones de personas en distintas partes del mundo. Y es gracias a las redes sociales que encontramos un salvavidas para mantenernos todos en comunicación.
Tan solo en 2018 se registraron al menos 10 desastres naturales catalogados como los peores, así como los más mortales y los que generaron mayores pérdidas a nivel económico. Entre ellos se encuentran los huracanes Florence y Michael, en Estados Unidos; los incendios de California, las inundaciones en Japón y en China, el terremoto y tsunami de Indonesia, la tormenta de polvo en la India, y mucho más.
No muy lejos, en la Ciudad de México, se vivió uno de los terremotos más impactantes de la historia, que además coincidió con el aniversario del terremoto que sacudiera a la ciudad, el mismo 19 de septiembre, pero de hace 35 años. Los daños causados y las pérdidas siguen siendo irreparables: decenas de edificios dañados y caídos y centenares de damnificados que aún no saben cómo restaurar sus vidas.
Pero en medio de todo el caos y la tragedia, hay algo que surgió con la misma fuerza: las redes sociales. Estos importantes medios se han convertido en la principal fuente de información y comunicación en momentos de emergencia. Facebook, Twitter, WhatsApp e incluso Snapchat son, en la actualidad, los medios elegidos por la gente para informarse sobre los sucesos, revisar actualizaciones de los hechos y compartir contenido.
¿Por qué las redes sociales se han vuelto fundamentales en tiempos de crisis?
Las redes sociales pueden dispersar información crítica, así como reunirla para ayudar a las personas. Como complemento a los métodos tradicionales, las redes sociales pueden proporcionar un recurso más personalizado y fomentar el sentido de comunidad en respuesta a la crisis.
Algunas de las ventajas que representan son:
- Inmediatez y tiempo real
- Son plataformas de libre acceso
- Son portables
- Favorecen la localización
- Permite y facilita la comunicación con conocidos y con medios de comunicación
De acuerdo con un análisis de la consultora Pacific Latam, durante el terremoto de 2011 en Japón, se registró un flujo de aproximadamente 1.200 mensajes por minuto en Twitter, llegando por momentos a los 650 ‘tuis’ por segundo.
Durante el terremoto de México sucedió más o menos lo mismo. las redes registraron un flujo aproximado de 1,200 mensajes por minuto en Twitter y al menos 650 ‘tuis’ por segundo.
Durante el huracán Sandy hubo 20 millones de tweets relacionados con el desastre en una sola semana. En diciembre de 2012, cuando el tifón Pablo golpeó las Filipinas, se asignó un grupo de trabajo para analizar la actividad de Twitter y extraer información relevante. Se analizaron 20,000 tweets en aproximadamente 10 horas; los datos recopilados se convirtieron más tarde en la base del mapa oficial de crisis de la ONU.
En el estudio realizado por la Cruz Roja Americana (American Red Cross) que muestra la utilización de redes sociales en América y su respuesta a las emergencias, el resumen de los resultados muestra que:
- Internet es la tercera forma más popular para la gente de reunir información de emergencia.
- Facebook es el sitio más popular como medio para enterarse sobre alguna emergencia.
- Un 24% de las personas utiliza las redes sociales para avisar que se encuentra segura y a salvo.
- El 26% utiliza alguna herramienta en línea cuando no puede utilizar los mensajes de texto (SMS), y una de cada cinco personas escribe y comenta en algún sitio en línea cuando sucede algún acontecimiento.
- 24% usa las redes, principalmente Facebook y Twitter para comunicarse con sus seres queridos o personas cercanas y verificar su estado.
- Los porcentajes que han declarado que enviarían una solicitud de ayuda a través de las redes sociales (39% encuestados en línea y 35% por vía telefónica), dijeron que esperan que la ayuda llegue en menos de una hora.
Las redes sociales al servicio de la comunidad
Todos estos resultados muestran cómo las redes sociales han pasado de ser un medio para conectar amigos y familiares a ser un salvavidas, pues con ellas se ha hecho posible la ubicación de zonas de desastre, de centros de acopio, albergues, edificios en peligro, e incluso han ayudado a localizar y facilitar del rescate de personas y animales atrapados.
Este tipo de acciones han hecho que las grandes plataformas digitales tengan que evolucionar creando herramientas dedicadas específicamente a situaciones de crisis, por ejemplo, Google creó el localizador de personas, que, durante el sismo más reciente en México fue utilizado por más de 20, 000 personas.
Facebook implementó el Safety Check; herramienta que permite a los usuarios de la aplicación avisar en tiempo real a sus seres queridos que se encuentran en buen estado y el Colegio de Ingenieros Civiles de México creó una aplicación llamada Rescate Responsable, con la que los usuarios pueden reportar los daños percibidos en sus casas o negocios.
Por su parte, Twitter juega también un papel importante en la búsqueda e intercambio de información en tiempos crisis. Durante la tragedia generada por el tsunami de la India se crearon varios hashtags como #RebuildUttarakhand, #Utarakhandhelp, #Kedarnath, #Uttarakhand y #SaluteIndianArmy para comunicar distintos tipos de información relacionada al suceso.
Luego de los sucesos en Japón, en 2011, Twitter Alerts, un sistema que permite a las entidades policiales, de gestión de emergencias y gubernamentales aprobadas previamente, así como a las ONG seleccionadas, enviar mensajes importantes a sus seguidores a través de notificaciones push y mensajes de texto en momentos de crisis como:
- Advertencias para peligros inminentes.
- Instrucciones preventivas
- Direcciones de evacuación
- Alertas de seguridad urgentes
- Información sobre acceso a recursos esenciales.
- Información sobre tránsito crítico y cortes de servicios públicos.
- Gestión de multitudes y desinformación.
Nuevo poder, nuevas responsabilidades
Aunque las redes sociales han servido para más cosas positivas que negativas, todavía existe el gran reto de confirmar la veracidad de la información que se comparte; por ejemplo, los medios tradicionales dejan de transmitir cualquier información desactualizada, en cambio, las publicaciones en las redes sociales pueden compartirse mucho tiempo después de que su precisión haya expirado.
Los proveedores de estas herramientas siguen luchando por crear aplicaciones que ayuden a rastrear noticias falsas, pero sigue siendo uno de los temas a mejorar para los años por venir.
Por esta misma situación, se requiere que la información recopilada sea analizada minuciosamente en muy poco tiempo, ya que puede ser inexacta y engañosa, lo que deriva en un aumento de los recursos humanos que se necesitan para monitorear adecuadamente las redes, evaluarlas y responder de manera acertada.
Otro de los grandes problemas es la desinformación en tiempo de pánico. Las redes sociales también pueden promover opiniones públicas negativas sobre la forma en la que se está manejando el desastre, posiblemente creando una crisis posterior.
Como sea, los grandes proveedores como Facebook y Google continúan trabajando para extender la capacidad de sus herramientas con la finalidad de desarrollar herramientas que se conviertan en recursos de apoyo mutuo a largo plazo, pues el rol de las redes sociales en tiempos de crisis definitivamente seguirá siendo cada vez más importante.
